Por su interés reproduzco estas notas sobre Teruel, su fiesta de Las Bodas y el olvidado origen de la misma. Parece que la sociedad turolense comienza a decir ¡Basta!¡Basta de camelos y de falsos salvadores!¡Basta de los que se cuelgan medallas con las ideas y el sudor ajenos!¡Y basta de los que les hacen coro y de los "estómagos agradecidos".
Con palabras medidas pero firmes la presidenta de la Asociación Turolense de Mujeres Empresarias contribuye a poner las cosas en su sitio. Algunos de nuestros "amigos" quedan perfectamente retratados.
Es un largo artículo que no tiene desperdicio en absoluto. Merece la pena leerlo.
VOTO A FAVOR de la Federación de Grupos de Las Bodas
porque enraízan directamente con el espíritu popular que gestó esta fiesta; porque representan lo auténtico, lo genuino y lo espontáneo; y, principalmente, porque simbolizan el sentir colectivo de un pueblo que se rebela reclamando, en justicia, lo que le pertenece.
El hecho de representar lúdicamente la Edad Media no implica tener que rendir obligatoriamente vasallaje. Dudo mucho que, en pleno siglo XXI, haya alguna persona dispuesta a someterse “verdaderamente” a decisiones autocráticas por más que “alguien”, con “enfermedad feudal” quiera hacer de la fiesta un “feudo”, beneficiarse del “derecho de pernada” y empeñarse en imponer que su poder de decisión es ilimitado. Afortunadamente, en el siglo XXI, la mayoría de la gente suele saber que, en la Edad Media, el “intrigante” poder feudal se adquiría, consolidaba, perpetuaba y ampliaba “perversamente” a base de difamaciones, mentiras, abusos, saqueos, usurpaciones, traiciones, ultrajes y felonías varias.
“Las Bodas” se forjaron con los sueños (individuales y colectivos) de todos los que participaron en ellas, de los que colaboraron, de los que apoyaron la iniciativa y de los que se lanzaron a un ruedo en el que no se sabía qué tipo de toros iban a lidiarse ni de qué ganadería. “Las Bodas” se forjaron también sobre sueños “soñados” previamente (e inclusive registrados y presentados en el Salón de Actos del Ayuntamiento tres años antes) por Juan Cercós que, a su vez, “soñó” sobre un esmerado proyecto diseñado por Bernabé Salvador.
“Las Bodas” no tienen autoría porque, desde sus inicios, fueron….., (¡Lo son…. y lo serán….!) el producto de la imaginación de todos los turolenses. En ello radica, precisamente, su éxito: en que surgieron dentro de la colectividad y fueron aceptadas rápidamente por ella. Si estas fiestas son populares es porque ha sido el pueblo quien las ha asumido como propias en su identidad colectiva y porque ha sido el pueblo quien las ha ido engrandeciendo con sus continuas aportaciones.
“Las Bodas”, de hecho, no habrían sido posibles sin la desinteresada colaboración y participación de colectivos como Actuel, Albishara, Artesonado, Amigos de la Jota, Casa de la Juventud, Casa del Tambor, Centro de Iniciativas Turísticas, Ciudad de los Amantes, Colegio Luis Buñuel, Consejo Regulador de Denominación de Origen Jamón de Teruel, Club de Ajedrez, Cruz Roja, Espantanublos, Fonda del Tozal, Gabinete de Belleza Begoña Esteticista, Granja Escuela de Cedrillas, Hípica Valdelobos, Instituto de Estudios Turolenses, Mudayyan, Museo Provincial de Teruel, Obispado de Teruel, Sbandieratori di Pisa, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense, Soga y Baga, Talia, Templarios (a partir de la tercera edición), Zarandajas, y los alumnos de los diferentes Institutos y Colegios públicos y privados. (Y.., posiblemente…, algún otro colectivo que no recuerdo en estos precisos instantes y al que le ruego encarecidamente que me disculpe).
“Las Bodas” no habrían sido posibles sin la implicación del Instituto Aragonés de la Mujer y del Gobierno de Aragón que subvencionaron a la Asociación Turolense de Mujeres Empresarias, con cargo al proyecto europeo START, en 1996, cursos tan variopintos como Trajes Medievales, Cocina Medieval, Cerámica Mudéjar, Corioplastia mudéjar, Aromaterapia, Tapices Medievales o Vidrieras.
“Las Bodas” no habrían sido posibles sin el trabajo que llevaron a cabo las mujeres de Báguena, de Villaspesa, de Rubielos de Mora, de Camañas, de Riodeva, de Concud, de La Cebollera, de Alcalá de la Selva y de Teruel capital.
“Las Bodas” no habrían sido posibles sin Gregorio A., Elena Abril, Sixto Abril, Adolfo Barrio (a partir de la tercera edición), Francisco Burillo, Mª José Blasco, Lola Blasco, Pepe Blasco, Antonio Cano, Ana Cortés, Jesús Cuesta, Pilar Esteban, Raquel Esteban, Patricia Fuentes, Maribel Garcés, Mª José Garcés, Chelo García, Antonio Gimeno, Ramón Gomáriz, Mª José Gómez, Carlos Hernández, Juan Manuel Hernández, Lola Lacambra, Taciana Laredo, Francisco Lázaro Polo, Fernando Maícas, Maricuela, Zarco Miladinovic, Pedro Mohedano, Rebeca Morgan, Julio Monzón, Juan Carlos Navarro, Conchita Pérez Giménez, Jesús Puerto, Marian Rubio, Carlos Sánchez, David Sánchez, P.P. Sánchez, Puy Segurado, Enrique Soler, Mosen Ángel Solaz, Fernando Torrent, Juan Antonio Usero, Ángel Vicente, Manuel Vicente, el “obispo” Roberto…. Los parientes…., los voluntarios….., los amigos…., los amigos de los amigos…., los hijos de los amigos y nuestros propios hijos. (Y…, posiblemente….. alguien más que dejaré involuntariamente en el olvido y al que le pido anticipadamente mis excusas).
“Las Bodas” no habrían sido posibles sin las instituciones que las sufragaron “en parte” (y digo, “en parte”, porque Las Bodas de los tres primeros años, origen de las actuales, no se han pagado en su “totalidad”) como Asociación del Centro Histórico, Ayuntamiento (incluida la inestimable actuación de Rosi Mateo y Antonio Pérez en calidad de “padres accidentales” de Isabel en el primer Toro Nupcial), Cámara de Comercio, Caja Rural, Diputación Provincial, la CAI (única entidad financiera que, en los inicios de la fiesta y siendo director de la misma Carlos Montón, ofreció todo lo que prometió) o la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón que, en tiempos de Salvador Domingo Domenech, hizo por la fiesta todo cuanto estuvo en su mano. Y…. sería injusto no citar aquí (aunque no hubo una aportación económica directa)…. al entonces Delegado Territorial del Gobierno de Aragón, Miguel Ferrer (actual alcalde) que puso al servicio de la fiesta todos los recursos y dispositivos que estuvieron a su alcance y que, además, tuvo la deferencia de acompañarme personalmente en Zaragoza, a hablar con el Director General de Cultura Domingo Buesa para convencerle de que debía implicarse en la historia. Pero esa….. ¡esa es también otra historia!.
Y…., finalmente….., “Las Bodas” no habrían sido posibles sin la constancia, la tenacidad y el esfuerzo de la Asociación Cultural Mudéjar Isabel y Diego y la Asociación Turolense de Mujeres Empresarias.
¿Alguien se acuerda de eso? ¡“Casi” seguro que no! ¡Aquellos eran otros tiempos! Eran tiempos de “ideas descabelladas”, de “carencias”, de “deudas”….; tiempos en que las ideas de todos estaban a disposición del “honor” y la “honra” y no del dinero.
De esos primeros tiempos de “carencia” que parecen “doler en la memoria” (quizás por eso se omiten, se distorsionan y se “puentean” con tanta frecuencia) los únicos que pueden hablar con propiedad son los pocos “suicidas altruistas” que, contra todo pronóstico y nadando contra corriente, decidieron arriesgar y sacrificar el honor, la honra y lo poco más que tenían en aras de una ciudad, de una leyenda y de un beso.
Pero….. ¡Valió la pena! Valió la pena porque vivieron la magia de los primeros instantes y el nerviosismo de los primeros momentos. Valió la pena porque pudieron retener en su memoria los recuerdos más auténticos, más espontáneos y más entrañables. Y valió la pena, principalmente, porque, en su reto, tuvieron el privilegio de sentir, con la máxima ilusión, el apasionado latir y despertar de un pueblo.
La Federación de Grupos de Las Bodas representa al pueblo y, en cierto modo, perpetúa la esencia primigenia de la Asociación Mudéjar Isabel y Diego, de la Asociación Turolense de Mujeres Empresarias y, posiblemente, del original Comité Organizador de Las Bodas: un vínculo vivo y dinámico donde puedan aglutinarse TODAS las fuerzas.
Estamos en el siglo XXI. El pueblo tiene derecho a expresarse, a defender lo que le es legítimo y a reclamar lo que, en justicia, le pertenece. Sólo quien padezca “enfermedad feudal” puede ver en una defensa de derechos una posible “sublevación de la gleba”.
Este es buen momento (máxime cuando nuestro señor alcalde tiene la voluntad y la intención de hacer las cosas bien hechas, tal y como se propuso antaño, y como tenían que haberlas hecho Luis Fernández Uriel, Manuel Blasco o Lucía Gómez) de acabar con todas las batallas y todas las disensiones por el bien de Teruel, de los Amantes y de la fiesta.
Este es buen momento de que TODOS hagamos uso de nuestra Memoria Colectiva y de nuestra Memoria Histórica porque….. como diría la historiadora Mireia C. Zubiaurre…. “Sobre nosotros mismos recae la responsabilidad de mantenerla viva y limpia de malas interpretaciones para transmitirla así a las generaciones venideras”
Lola Blasco
Presidenta de la Asociación Turolense de Mujeres Empresarias.
¡Olé por Teruel y los turolenses!